El papel de víctimas que suelen ejercer frente a la opinión pública es una ofensa a la inteligencia del pueblo y una afrenta a las verdaderas víctimas que ellos contribuyeron a aumentar.
Clarín se victimiza y denuncia que sus plantas de impresión fueron bloqueadas y acusa a Hugo Moyano como instigador. Un ladrillo más en la pared para combatir y demonizar el sindicalismo.
¿Y la historia previa a esta historia?
En la puerta de la planta impresora había mujeres, niños, ancianos, con unas remeras donde podía leerse "hijo/a", "padre", "esposa", etc. Son los familiares de los perseguidos delegados de Artes Gráficas Rioplatenses, empresa perteneciente al multimedios.
Es interesante leer en Télam algunas aclaraciones que realiza Nicolás Rivero, delegado de AGR, quien afirma que la comisión interna puede ingresar a la planta, pero no se les asigna tarea ni se les paga. Se los vigila y se impide que otros compañeros hablen con ellos bajo amenazas de suspensión o despido.
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