sábado, 16 de enero de 2010

¿LA CONOCEN? VALE LA PENA LEERLA

Alejandra Pizarnik nació en Buenos Aires en 1936, estudió filosofía y letras en la UBA y mas tarde, pintura con Juan Batlle Planas. Entre 1960 y 1964, Pizarnik vivió en París donde trabajó para la revista "Cuadernos" y algunas editoriales francesas, publicó poemas y críticas en varios diarios, tradujo a Antonin Artaud, Henri Michaux, Aimé Cesairé, e Yves Bonnefoy, y estudió historia de la religión y literatura francesa en la Sorbona. De regreso en Buenos Aires, Pizarnik publicó tres de sus principales volúmenes, "Los trabajos y las noches", "Extracción de la piedra de locura" y "El infierno musical" y su libro en prosa "La condesa sangrienta". El 25 de septiembre de 1972, mientras pasaba un fin de semana fuera de la clínica siquiátrica donde estaba internada, Pizarnik murió de una sobredosis intencional de seconal. 


LA JAULA

Afuera hay sol.
No es más que un sol
pero los hombres lo miran
y después cantan.

Yo no sé del sol.
Yo sé la melodía del ángel
y el sermón caliente
del último viento.
Sé gritar hasta el alba
cuando la muerte se posa desnuda
en mi sombra.

Yo lloro debajo de mi nombre.
Yo agito pañuelos en la noche y barcos sedientos de realidad
bailan conmigo.
Yo oculto clavos
para escarnecer a mis sueños enfermos.

Afuera hay sol.
Yo me visto de cenizas.

martes, 5 de enero de 2010

HASTA SIEMPRE, SANDRO.

Ayer se fue de gira, como dicen los actores cuando parte un compañero. La noticia cayó como un balde de agua fría, aunque todos supiéramos que estaba al límite de la resistencia. Pero la había peleado como un león; era notable que esa fuerza interior lo mantenía vivo. Yo no adhiero a esa costumbre de buena parte de la sociedad de encumbrar a los que mueren; muchas figuras públicas habían sido olvidadas en vida, estaban sin trabajo y sin oportunidades, pero nadie los recordaba. No es el caso de Sandro, él tuvo un romance continuo con la gente, de todas las edades, hombres, mujeres, jóvenes. A las grandecitas nos decía "nenas" o "gordas mías", y todas lo sentíamos como una caricia. Sandro fue único; revolucionó el espectáculo en una época todavía pacata, cuando su movimiento pelviano fue tildado de "obsceno". Creó muchas de las canciones con que alguna vez vivimos un momento de amor, y las cantaba con el alma y con el cuerpo. Mantuvo su vigencia durante 40 años.
Nunca hizo circo con su vida provada ni con su pensamiento o ideología, pero siempre tenía una respuesta cabal a las preguntas insidiosas. Fue un ídolo del mundo, que no se fue a vivir a Miami o a Mónaco. Se quedó en Bandfield y se casó con una mujer común, como cualquiera de nosotras.
Por todo eso, salud, Sandro. Te recuerdo con una copa y una rosa.

domingo, 3 de enero de 2010

PALABRAS DE GALEANO

Mirá el video Derecho al delirio con la voz de Eduardo Galeano

A fines de noviembre de 2009, tuve el privilegio de entrevistar en al radio, junto amis compañeros a Eduardo Galeano. La entrevista luego se reprodujo en Revista 23.

Previo a esto, solíamos finalizar el programa con la lectura de algunos de sus textos siempre sabios, con esa precisa mirada sobre la historia, sobre Latinoamérica, sobre el género humano.

Por eso lo elegí para empezar el año.