miércoles, 15 de junio de 2011

16 de junio de 1955

Nota de Viviana Demaría y José Figueroa en la revista digital www.la5tapata.net
Allí pueden leer el artículo completo


No se imagina lo que he rogado
para que saliera bien esto
y mataran al atorrante de Perón

Luis Batlle Berres
Presidente del Uruguay, 1955

La caída del tirano Perón en Argentina
es la mejor reparación al orgullo del Imperio
y tiene para mí tanta importancia
como la victoria de la Segunda Guerra Mundial,
las fuerzas del Imperio Inglés
no le darán tregua,
ni descanso en vida,
ni tampoco después de muerto

Winston Churchill
Discurso en la Cámara de los Comunes, 1955.

O juremos por Cristo morir
“Yo os digo que nunca un pueblo es tan grande como cuando está de rodillas ante Dios, y nunca es tan pequeño como cuando se postra de rodillas ante un hombre”. Son las emocionadas palabras del sermón de la Hora Santa que resuenan en la Basílica del Santísimo Sacramento. Las pronuncia el confesor de Pedro Eugenio Aramburu, Rvdo. P. Iñaqui de Aspiazu.

Es el 15 de junio de 1955. Son las últimas horas de ese día. En varias iglesias de la capital, los “comandos civiles” entonan emocionados el grito de guerra con el que se hermanan. La Sagrada Congregación Consistorial excomulga “de jure” al Gral. Perón, por decreto firmado por el Cardenal Adeodato Piazza. Cuando mañana muera el dictador, su alma irá directo al infierno.

Hay delirio místico y exaltación combativa. Las armas son bendecidas. Todo está listo para ese gran día que tarda en amanecer.



Los comandos civiles de Cristo

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